viernes, 23 de agosto de 2013
Reflexion... Reto De La Vida
¿Sabes algo?… A veces creemos estar haciendo lo correcto y sin darnos cuenta cometemos grandes errores. Vamos por la vida sembrando; corriendo el riesgo de que nuestra siembra se llene de alguna plaga que nos haga complicada la cosecha o que definitivamente nos provoque perderla sin importar el esfuerzo que hayamos puesto con el sudor de nuestra frente, y no sé que pueda ser más triste…
El vernos fracasados aún con todo el esfuerzo hecho o el sentirnos satisfechos de haber hecho hasta lo imposible por salvar esa cosecha aunque de todas formas se halla perdido. Lo cierto es que ambas situaciones tienen algo en común; esfuerzo y dedicación y es entonces, cuando te preguntas:
¿Por qué aún cuando se dio lo mejor en ambos casos no se obtuvieron los mejores resultados? La respuesta no la sé, solo sé que hoy me siento así, una gran plaga invadió mi siembra y ahora lucho día a día contra ella hasta el agotamiento diario, y sé que no estoy en condiciones optimas para ello, pero no importa, desde hace mucho tiempo decidí que a pesar de que esa siembra no había sido buena en su inicio, haría todo lo posible porque las condiciones en las que crecieran esas semillas fueran las mejores, un clima cálido y un ambiente agradable, pero con todo y eso las plagas siempre están al asecho esperando cualquier descuido para arrasar con todo.
El mejor de mis trabajadores renunció, decidió que esa siembra no era lo suficientemente buena o importante y se fue a sembrar a otra parcela, mis semillas han resentido ese rechazo, él era quien las abonaba y yo quien la regaba, me propuso ayudarme de vez en vez, cuando su nueva siembra se lo permitiera y yo acepte, venía por ratos en variados horarios a abonarlas, y yo seguía regándolas desde el amanecer siendo precavida de no hacerlo a pleno rayo de sol, pero los visitas inconstantes y la mala calidad del abono comenzaron a quemar las pocas raíces que ya tenían. Es en este momento es cuando te das cuenta de que “a veces creemos estar haciendo lo correcto y sin darnos cuenta cometemos grandes errores”.
Esas semillas es lo mejor que me ha pasado, son mi vida, mi fortaleza, mi mundo y no las cambiaría por nada ni nadie, sé que tan frágiles pueden ser y lo expuestas que pueden estar ante su entorno, una tierra infértil en la que les tocó caer o el descuido de no haber aplicado el mejor abono.
Y no espero que alguien me lo reconozca, solo espero que el día de mañana esas semillas den de los mejores frutos de la región, que a su vez produzcan muy buenas semillas e irán haciendo la tierra más fértil y buena. Y es entonces cuando me sentaré a observar lo maravilloso que pueden ser el esfuerzo y la dedicación de abonar con constancia esas semillas…
Porque ¿sabes? descubrí que el mejor abono se llama amor y que se debe aplicar de manera constante siempre que se requiera y en el momento preciso. Respecto al trabajador que renunció le pedí que asumiera de manera comprometida y sería su labor, pero dado que aún no decide claramente lo que a sus intereses conviene, decidí que yo sola trabajaría esas tierras con la asesoría de especialistas en cada área, que trabajaran en el proyecto de forma indirecta…
Sé que no será fácil; tendré que redoblar esfuerzos trabajando de sol a sol dejando lo mejor de mí en ese cultivo, combatiendo cuanta plaga amenace mi cosecha a pesar de que haya poca fe por parte de algunos como aquel que era mi mejor trabajador, pero aún con todo y eso existe gente que me brinda su apoyo desinteresado y comprometido sin esperar compartir la cosecha, solo por el gusto de hacer lo correcto y actuar de la manera más humana posible apiadándose de esas frágiles semillas.
Este escrito se manifiesta por medio de metáforas, yo lo escribí pensando en el padre de mis hijos que me abandono hace tiempo para irse con otra mujer, pasando por alto lo más importante "LA FAMILIA" y mis semillas obviamente son mis hijos, a quien hoy en día dedico todo mi tiempo